El modelo de organización empresarial cooperativa tiene significativas ventajas en relación al modo tradicional de hacer empresa.
Los problemas complejos y el cambio como única constante son los principales desafíos actuales y el trabajo colaborativo representa la respuesta más eficaz para abordarlos. La organización en red, la construcción colectiva de conocimiento, las múltiples fuentes de información y perspectivas, entre otras, adquieren una valor estratégico en el logro de resultados extraordinarios.
Estas características son el emergente de un conjunto de principios y valores que conforman la identidad cooperativa, y requieren para su materialización de las competencias necesarias para actuarlos, es decir, traducirlos en acciones simples, concretas y cotidianas.
Sin embargo, el quehacer diario nos enfrenta a situaciones donde la realidad no parece ser tan simple. Entonces una asamblea no es un diálogo, sino una contienda; la solidaridad se convierte en especulación solapada y el trabajo en equipo en un desorden.
Como resultado de estas situaciones, el ideal cooperativo va perdiendo nitidez y se matiza con prácticas que no se corresponden con su filosofía. Se desvaloriza su potencial y se pone en duda la posibilidad de que trabajo asociativo y eficacia sean compatibles.
Esta es una de las reflexiones que con frecuencia acompaña la idea de la cooperativa: “Es difícil tomar decisiones en conjunto. Al final, no llegas a nada”.
Y es que resulta decisivo, a la hora de emprender juntos, contar con habilidades y herramientas útiles para gestionar una comunicación fluida, abierta y ágil; para generar consensos en el tiempo oportuno y el compromiso necesario para cumplirlos; para transformar los conflictos en fuentes de aprendizaje y oportunidades; para coordinar las tareas en torno a un objetivo común; fomentar el compromiso de los miembros del equipo y su participación constructiva; construir una cultura donde impere la confianza y el respeto y velar por un espacio emocional estimulante.
Si desarrollamos y entrenamos esas competencias, estaremos contribuyendo no solo a que las cooperativas generen resultados muy superiores sino, especialmente, a que pongan de cara a la sociedad el poder transformador que su modelo empresarial posee.
ESA ES NUESTRA MISION